martes, 13 de noviembre de 2012

Eduardo Cardona - El chico y el Dragón


Hace mucho tiempo, en un pequeño reino, se desato un gran lamento, todo  producido por  un  dragón de más de 1000 metros de estatura, el Rey desesperado, ofreció una gran fortuna a quien matara a tal monstruosidad. Allí los tres amigos Almots, Kawel (quienes eran pareja), y Elthos  todos de la edad de 17 años, se ofrecieron a cumplir con dicha tarea.
Tanto el reino como el mismo rey, sabiendo que no regresarían de tal encargo, les ofrecieron 3 hermosos caballos de raza pura, un escudo de oro, y muchas otras provisiones para que regresaran a salvo y sin más nada que ofrecerles, partieron inmediatamente a las lejanas tierras.
Recorriendo tantos kilómetros hasta llegar al pie de la montaña,  cansados y hambrientos, los tres jóvenes se quedaron profundamente dormidos, bajo el manto de las estrellas.
Al día siguiente, Almots recorriendo la extraña montaña, encontró un hermoso arroyo. surgió de lo más profundo del agua, una hermosa mujer, más atractiva que la misma Kawel (que de por si era una mujer de belleza sin igual). Le ofreció pasar una noche con ella. Si aceptaba, a cambio, lo llevaría a hablar con el mismo diablo para terminar tal asunto. Sin titubeo el joven aceptó y se introdujo en el agua desapareciendo poco a poco con la extraña.
 Elthos y Kawel lo buscaron durante  3 meses, pero no encontraron rastro de él por ningún lado; además, Elthos  guardaba hace mucho tiempo un gran secreto. él estaba enamorado de su mejor amiga, pero nunca le dijo hasta que se le presentó la oportunidad una noche. Kawel exaltada por tan inesperada sorpresa se sonrojó y apenas cruzaba palabras con su mejor amigo. Nunca le respondió con sinceridad lo que sentía por él. Ella aún amaba a Almots.
De repente mientras descansaban, el agua del arroyo se los tragó y cuando se despertaron, se encontraban en una gran sala. Allí se estaba el diablo, la ninfa y Almots.
Inmediatamente, sin la más mínima oportunidad de que reaccionaran ante tal situación el diablo inició una discusión diciendo:
-         He aquí a los otros dos mortales, es hora de hablar de su tarea… -replicó el diablo.

Mientras Almots miraba a su prometida Kawel respondió:

-         - Ya hice lo prometido es hora de que acabes con el dragón.

Elthos exaltado  preguntó: 

-         - ¿Qué cumpliste hermano?

La ninfa mirando la bochornosa situación comentó:

-        -  Este se acostó conmigo durante los 3 meses que estuvieron en la montaña.

Tanto Elthos como Kawel quedaron en shock. El demonio se transformó en el dragón, y destruyendo la gran sala, se dieron cuenta de que todo era una ilusión, y sin notarlo se encontraban ya emergidos en una oscura caverna en llamas. Salían de la oscuridad, horribles y deformadas criaturas.
Elthos mirando la situación tomó el escudo de oro y saltó al frente del dragón para enfrentarlo cara a cara mientras que Almots defendía a su prometida de las presencias demoníacas.
El dragón mirando con gracia al pequeño muchacho, expulsó con agresividad sus llamaradas de fuego en su contra, suponiendo que era el final. La ninfa abrió un pequeño agujero al fondo de la caverna para que escaparan el prometido y la prometida, pero Kawel, se rehusó a dejar a su amigo en ese lugar. Mirando a Elthos que por una parte del escudo gritaba:

-         Vete, yo lo mantendré ocupado, estaré bien.

Angustiada,  Kawel le respondía:

-         - No te voy a dejar en este lugar, yo nunca te respondí lo que sentía.

Elthos levemente sonrió y respondió:  

-         - Yo te amo, y es lo único que me importa.

Reaccionando ante insospechada confesión  Almots tomó a Kawel de sus brazos, de prisa y con fuerza  y salieron huyendo de la caverna. En ese mismo instante en que Almost y Kawel lograron alcanzar la salida, la ninfa cerró la caverna eternamente.
Los dos regresaron al reino y la multitud sorprendida por su retorno celebraron durante 1 año, su acto heroico: el encierro del dragón.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Eduardo Cardona - Vividor de Sueños (Intro de Primera Parte)



Buenos días, tardes y noches… 

 Esto que estáis a punto de leer, se basa en las pequeñas aventuras de mi vida., Esta alegre y escalofriante historia, empieza entre los años de 1909 y 1910. Cuatro años antes de que sucediera lo que llamo: La gran fiesta roja.

(Primera guerra mundial)

En ese momento tenía la edad de 16 años. Era una persona inocente y tímida, pero sobre todo una persona amigable, siempre deseosa de ayudar a los demás. Era un tipo de persona que le gustaba mucho la lectura y escribía los más bellos y hermosos poemas de aquellos tiempos, y, llegué a creer que las criaturas mágicas existían. También os diré, que en mi miserable vida, llegue a amar, a cautivar y a cuidar las cosas que más aprecié...



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