martes, 27 de enero de 2009

Scarlett Navas - El Chicle y su gran envidia

Había una vez una heladería, que prepara helados riquísimos. Eran de todos los sabores, con crujientes barquillas, hmmm… y ese toque de chocolate. Ah! Y a cada helado que vendían le colocaban chicles.

Un día el dueño habló con el heladero y le comentó:

Dueño: Oye amigo, los helados que preparas son los más buscados. Gracias, sin ti mi heladería no seria la misma.

Heladero: De nada, siempre a sus órdenes, a demás me gusta hacer feliz a los niños con ricos helados.

Dueño: Por eso quiero invitarte a un viaje que haré; tú podrías a enseñarle a otros heladeros ¿cómo haces helados deliciosos?

Heladero: Con gusto, cuente conmigo

El heladero se fue de viaje por un tiempo, cerrando la heladería. Al cabo de unas horas se reunieron todos los que estaban en la heladería. Conversaban las barquillas, los helados charlaban y todos se divertían. Pero el chicle estaba observando desde un lejano lugar.

Chicle: ¡Estoy arto! Estos heladitos me colman mi paciencia, me hacen enojar. Jah, ni que fueran lo máximo, haré un plan en el que los destruiré y se acabaran para siempre…Muahahaha

El chicle empezó a pensar sobre que plan hacer, quiso cuidar cada detalle para lograr su misión.


Chicle: Ah!, ya lo tengo, se muy bien que haré, conversaré con cada una de las herramientas que hacen funcionar al helado, los pondré en su contra y listo.

Quiso hablar en privado con la Bombilla, en primer lugar

Bombilla: Oye, ¿qué pasa porque me apartas de la fiesta? Esta muy divertido allá.

Chicle: Es para conversar ciertas cosas. Mírate, tú muy bella, causando atención, siempre a la orden.

Bombilla: Así es compañero

Chicle: Pero, ¿acaso el helado merece tanta atención?..Eso podría afectarte.

Bombilla: A ver ¿de qué hablas?

Chicle: Tu hermosa luz encendida siempre para ellos, ¡te desgastaras! Como si fueran los más importantes, Ah! Y al comprar solo dicen...helados, helados y helados, pero a ti no t atribuyen nada.

Bombilla: Oh! amigo, comienzo a entenderte, tienes razón. Se creen las estrellas, conversando y conversando todo el tiempo de cómo los quieren, los demás admirándolos y yo ahí siempre alumbrando hasta el final.

Chicle: Por eso idee un plan en el que los destruiremos.

Bombilla: Y ¿en qué puedo ayudarte?

Chicle: Quiero que te apagues, no enciendas tus luces, así nadie podrá ver que sabores hay para escoger.

Bombilla: ¡Perfecto! Bueno me iré a seguir bailando.

El chicle estaba una gran sonrisa que mostraba maldad, causando miedo a cualquiera, sintiéndose que comenzaba a triunfar con su plan.

Chicle: Bueno, Bueno...creo que sin frío, los helados no estarán muy bien a la hora de venderse.

El chicle llamó a la nevera para comentarle su propuesta.

Chicle: ¿Cómo estás damita?

Nevera: Bueno, tú sabes, todo fríamente calculado.

Chicle: Ok! claro, te llamé para hablar de algo. Dime, ¿te gusta siempre estar en el frío?

Nevera: No, me gustaría algo diferente, aunque ya estoy acostumbrada, quizás un poco de calor no estaría mal.

Chicle: Hmm ¿te parece si hacemos negocios?

Nevera: ¿Tú y yo? ¿Negocios?

Chicle: Puedo hacer que hagas algo diferente, solo no trabajes, y en vez de frío sentirás calor.

Nevera: Pero eso afectara a los helados.

Chicle: Si lo se, pero por culpa de ellos, tú siempre haciendo los mismo. ¿Qué piensas?

Nevera: De acuerdo, trato hecho

Pero de repente se escuchan unos ruidos detrás de una planta

Chicle: ¿Quién esta ahí?
La planta parecía estar viva, pero de pronto sale el espontáneo chocolate

Chocolate: Hola compañeros de trabajos, y de mi casa (risas)

Chicle: ¿Qué hacías escuchando? Siempre entrometiéndote, tú eres otro que en todo quieres estar.

Nevera: Si, Si, Ah! Y seguro irás a contarles todo a los demás.

Chocolate: ¿Qué quieres que cuente? Que el chicle esta haciendo que odies a los helados y ahora ¿arman un plan en contra de ellos?

Chicle: Ni se te ocurra, o te la verás conmigo

Nevera: ¡Y conmigo!

Chocolate: Solo para que veas que no soy chismoso no diré nada.

El chocolate se alejó, pero muy pensativo por su respuesta.

Chocolate: ¿De verdad debo quedarme callado? Esto es un gran problema. No puedo permitir que su envidia cause odio y destrucción.

El chocolate estaba en confusión, no podía permitir que tanta maldad fuera a ocurrir, decidió hablar con las barquillas, eran buenas amigas y muy sabias.

Barquilla1: ¿Dime amiguito en que podemos ayudarte?

Barquilla2: Recuerda que puedes contar con nosotras

Chocolate: Es que escuche al chicle planeando algo para destruir a los helados.

Barquilla1y 2: Oh! Dios mío! No puede ser.

Chocolate: Está poniendo a todos en su contra

Barquilla1: Que envidioso es el chicle.

Barquilla2: No puedo creer que se atreva a hacer algo así, debemos hacer algo.

Chocolate: Pero que?

Barquilla1: Hablemos con todos.

Chocolate: No, No! Ellos me advirtieron que si decía algo se meterían conmigo.

Barquilla2: Nada que ver, cuando le digamos a todos lo que esta haciendo nos ayudaran,

Barquilla2: Conversaremos con él y todo estará solucionado.

Las barquillas y el chocolate fueron a buscar a todos, convocaron una reunión para hablar del tema.
Barquilla 1: Atención! Atención.! Esto es muy importante.

Helado1: A ver que quieres nena?

Todos los helados: Eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeso.

Barquilla 2: Esto es importante.

Barquilla1: Resulta que el chicle está planeando destruirlos a ustedes los helados.

Helado2: Cómo así? Qué le ha sucedido a nuestro fiel amigo?

Chocolate: No creo que muy fiel, ya que está haciendo un plan y poniendo a todos en contra de ustedes.

Helado1: Eso no puede pasar, búsquenlo hay que hablar con él.

El Helado 2 fue a buscarlo, de un brazo lo llevo a la reunión.

Chicle: Oh no! Te fuiste de chismoso chocolate, como siempre.

Chocolate: Solo trate de salvar a mis amigos, fui generoso

Barquilla2: El tiene toda la razón, envidioso!

Todos comenzaron a gritar, el chicle salió corriendo para escapar de todos, cayendo encima de unas cucharillas.

Chicle : Ah.! No puedo salir…

Cucharillas: Nos despertaste.

Chicle: No m golpeen, Au, Ah,

Helado1: Ven amigo dame la mano.

El chicle sorprendido le dio mano y salió de las cucharillas, todos asombrados preguntaron. Que haces?

Chicle: Si, es verdad porque me ayudas si yo es tuve a punto de destruirte a ti y a todos los helados

Con una sonrisa el helado le comentó:

Helado1: Oye amiguito, no porque tu quisiste maltratarme yo también deba hacerlo, estaría actuando como tú.

Chicle: Tienes razón, Discúlpame y por favor discúlpenme todos, por un momento sentí envidia, es que me sentía inferior. También se que hice mal a poner a muchos en contra de ustedes. OH que inmaduro fui!
Helado2: Tranquilo amigo, comprendemos, pero no debiste sentirte inferior, sin ti los helados no se verían originales, le das el toque que necesitan.

Desde un rincón salieron la nevera y la bombilla, y mirando a todos a sus caras les comentaron:

Bombilla: Oigan nosotras también les debemos una disculpa.

Nevera: No debimos habernos puesto en su contra, también tuvimos la culpa.

Barquilla2: Yo estoy dispuesta a disculparlos a todos, creo que todos merecen una oportunidad.

Barquilla1: Igual yo.

Helados: Y nosotros.

Con un gran abrazo entre sonrisas todos se disculparon, cada uno aprendió que cada función que ejercían era importante. Pasaron días y el heladero llegó, el ambiente se torno mas amigable pasando la bien cada día.

La envidia y el odio, son dos sentimientos malvados, enemigos del corazón; debemos ser guerreros y luchar contra ellos. Cada uno de nosotros tenemos virtudes que cada día debemos reforzarlas y defectos que debemos tratar de corregir. Levántate cada día con una sonrisa, no te sientas inferior a los demás, por que todos somos especiales, respetemos a cada quien por como es.
Seamos fieles a nuestros principios y a los valores, no solo se trata de conocerlos debemos ponerlos en practica en nuestro diario vivir. Y recuerda, que ser generoso no es entrometerte en los asuntos, es colaborar para beneficio de tu prójimo.

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