domingo, 7 de diciembre de 2008

El poema del latido

El trote de un caballo fuerte
Es armado por las ganas de su caballero
Que lo guía hacia una guerra
Donde su muerte es anónima
Sí sabemos lo que sucederá
Pero sólo es una posibilidad
Que se escape una flecha.
Y de su caballo caerá
Pero ¡que la evite!, unos dirán,
Y su camino seguirá.

Su mente en blanco no está.
No le preocupa
Si su cuerpo ante la tierra caerá.
Esa sólo es una forma más,
A él no le importará
Solo sabe luchar.
Más ninguna otra palabra conocerá
Y con sus venas escribirá
Una nota de pudor
Ante la doncella que lo quiera.
Nunca matará
Aquellas ganas de triunfar
Y que muera intentando lograrlo
Sus metas no acabarán
Cuando esté en batalla.

…Y durante ese frío noviembre
Cuando ya la guerra terminaba
Un dolor potente
Atravesaban la poesía de su alma
Y los latidos de su corazón.
Aún nada lo apagaba.
Y antes de morir
Él sonrió.

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